Una de las ventajas de los ejercicios Kegel es que son fáciles de practicar y se pueden realizar en cualquier lugar y con cualquier postura: sentada, de rodillas, en cuclillas, esperando el autobús, cocinando o viendo la tele, ya que su ejecución no se aprecia externamente.

Estos ejercicios ayudan a fortalecer el periné o suelo pélvico cuya musculatura se debilita durante el embarazo.

Estos son 10 puntos a tener en cuenta a la hora de practicarlos:

1. Vacía la vejiga antes de empezar. La mejor postura para realizar estos ejercicios es sentada o acostada.

2. Los ejercicios consisten en contraer y relajar sucesivamente los músculos del suelo pélvico. Se empieza contrayendo los músculos durante cuatro segundos y después relajamos el músculo completamente, otros cuatro segundos.

3. Repetir ambos movimientos, al menos 10 veces seguidas, de cinco a ocho veces al día.

4. Prohibido realizar los ejercicios Kegel mientras se orina.

5. Desde las primeras cuatro a seis semanas, se observan los primeros resultados. Después, de tres a seis meses de practicar los ejercicios Kegel, muchas mujeres notan una mejoría.

6. Si sentimos molestias en el abdomen o en la espalda mientras los realizamos es posible que los estemos haciendo de forma incorrecta.

7. Hay que evitar contener la respiración o apretar el tórax mientras se hacen los ejercicios Kegel, lo correcto es relajarse y concentrarse en los músculos del suelo pélvico.

8. Es importante realizar estos ejercicios de forma regular durante toda la vida.

9. No hay que ejecutarlos en exceso, puesto que puede causar fatiga muscular y aumentar el escape de orina.

10. Está bien realizarlos dos veces al día durante cinco minutos; o cuatro veces al día, aguantando cinco segundos en lugar de cuatro. Es recomendable no dedicarles más de 10 minutos al día.

Si queréis saber más sobre estos ejercicios, te recomiendo este artículo de Crianza Natural.