En el libro investiga sobre la educación que dan las mamás francesas a sus bebés, la imposición de reglas, y sobre cómo inculcan la virtud de la paciencia.
Compara constantemente el sistema francés al americano, como dos formas muy distintas de entender la pediatría. Los franceses son muy serenos y los americanos se centran demasiado en el niño, les protegen demasiado, habla de la infantarquía, de cómo los franceses inculcan el placer de comer a los niños.
Además de aprender muchas cosas también me he reído mucho, leyendo te das cuenta de que ambas formas de educar tienen cosas que funcionan bien. Al final, supongo que hay que mezclar las ideas que a uno le parezcan más sensatas. Os lo recomiendo a todas!
Imprescindible el capítulo del sueño del bebé!