Como se supone que en estos últimos días debo tener paciencia y esperar sin desesperar la llegada de Daniela he decidido pensar en las cosas buenas que pasarán cuando nazca.
- Podré volver a desayunar una buena taza de café con leche, del de verdad, nada de descafeinado.Sin duda, una de ellas será que no volveré a tener los dichosos ardores que llevan castigándome desde el cuarto mes de embarazo.
- Podré echarme la siesta nada más comer, bueno, Daniela no me dejará, pero podré tumbarme a su lado sin que la quemazón suba y no me deje ni relajarme.
- Comeré chocolate y esto incluye: helados, napolitanas y bombones.
4. Podré hacerme zumos de cítricos sin tener que tomarme antes un alquén, almax o similar.
5. Me daré algún homenaje en plan comilona sin que antes de terminar ya se me empiece a revolver todo por el reducido espacio de mi estómago.
6. Los fritos serán de nuevo bienvenidos en mi dieta.
El alquén, mi mejor amigo estos meses, pasará al botiquín, le estoy muy agradecida por su enorme y rapidísima eficacia durante estos meses pero tenemos que separarnos…
Éso me gusta, pensando en positivo 🙂
O eso o tirarme de los pelos 😉
jope veo que has tenido bien de ardores… se dice que cuando el embarazo es una kaka luego el parto va rodado, y a mî tb me pasô pero fue mâs el primer trimestre de vômitos y demâs.
lo de la siesta, podrâs, podrâs!
Del parto no me quejo…pero duró 23 horas, si es que estos dichos a veces fallan jejeje
Ay cuanto te entiendo! Yo estuve igual en mi embarazo, unos ardores horribles!!! Y es como decís: se van de un día para el otro con el parto. Ánimo!!! No conocía tu blog… Por a a me quedo 🙂
Y yo me alegro de que te unas!!!! Se me acaba el alquén y Daniela no llega…jejeje Gracias
Menos mal que ahora puedo acostarme nada más comer porque sino no descansaría nada!! Adiósssss alquénnnn!!!!