El lunes llegamos a la tan esperada fecha, que pasó sin pena ni gloria, después empezamos a pensar en el martes que con la luna llena prometía ser el día en el que por fin Daniela se decidiría a hacer acto de presencia, pero estamos a viernes y yo sigo igual, con mi panza y mis andares de pato, 0 novedades.Alcarria

Lo más divertido de estos últimos días están siendo los paseos en el pueblo por la fresca. A eso de las 8 de la tarde cuando bajo de la piscina y el sol deja de calentar mi madre y yo nos vamos de paseo a ver si así la niña sigue encajándose y llega antes el momento del parto, cosa que tampoco está ayudando porque lo cumplo estrictamente y no hay manera.

El caso es que al paseo salen otras mujeres del pueblo divididas en diferentes grupos, que te van parando y dándote su opinión sobre cuándo va a llegar la niña, el estado de tu tripa etc.

Unas me dicen que está muy alta y otras que cada día la ven un poquito más bajita, otras que me está cambiando la cara, que se me están hinchando los labios etc etc

PuebloUna en particular está empeñada en que voy a tener un niño, que si la forma de mi barriga es de niño, que si hasta el último momento no te puedes fiar, que si ya verás tú… No ha servido de nada decirle que le he visto el «chichi» en las ecografías ni que el ginecólogo para callar al marido friki cuando ansiaba que fuese niño nos dijese: «si os dan un niño lo devolvéis porque no es el vuestro».

Otra insiste en que deje de pasear porque en cualquier momento del paseo puedo ponerme de parto y que tenga que dar a luz como las ovejas, en mitad del campo, de hecho ha recomendado a mi señora madre que el próximo día se traiga una manta, por si acaso…

En fin! Como véis los comentarios de las señoras del pueblo no tienen desperdicio y como esto se siga alargando, ¿qué será lo próximo?