Antes de que llegase Daniela, ya empezamos a pensar qué pasaría una vez terminada mi baja maternal + vacaciones + lactancia.

En mi casa la decisión, por temas de economía familiar, estaba clara: a pesar de que los dos trabajamos y disfrutamos con nuestro trabajo sería yo quien se cogería la reducción de jornada.
Para quien no lo sepa la reducción de la jornada laboral es un derecho individual de los trabajadores, hombres y mujeres, cuando están al cuidado de un menor de hasta 12 años, antes era hasta los 8, pero en 2013 se amplió a 12.

La ley, dice que quien tenga a su cuidado directo algún menor de hasta 12 años, tendrá derecho a una reducción de la jornada de trabajo bajo las siguientes condiciones:

1. La jornada laboral se podrá reducir entre un octavo y la mitad, con la disminución proporcional del salario.

2. Tendrá el mismo derecho quien precise encargarse del cuidado directo de un familiar, hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, que por razones de edad, accidente o enfermedad, no pueda valerse por sí mismo, y que no desempeñe actividad retribuida.

3. Si dos o más trabajadores de la misma empresa solicitan la reducción de su jornada laboral con el mismo motivo, se deberá establecer una negociación colectiva o por acuerdo con la empresa.

Luego según la empresa y el convenio hay matices, por ejemplo en mi empresa nos dan cheques para comer fuera pero si te reduces la jornada en más de 4 horas te los quitan.

Hay veces que pienso que mi carrera está estancada debido a esto y la mayoría de ellos me siento afortunada por poder permitirme trabajar menos horas, aunque en fin, mi reducción es de un octavo así que trabajo de 8:00 a 15:00, lo que en Madrid con desplazamientos es una jornada completa.
No llevaré proyectos, no me ascenderán, pero pasaré las tardes en el parque columpiando a Daniela, le daré todas las tardes su merienda y me pelearé con ella porque no querrá volver a casa.
La satisfacción de verla crecer me lo compensa, además, sé que papáboom valora lo que estoy haciendo y eso para mí no tiene precio.
No sé hasta cuando podremos seguir así, no sé si llegaré a poder ayudarla a hacer los deberes, llevarla a clases extraescolares, pero mientras tanto disfruto… paseamos, vamos de compras, la llevo al parque, jugamos y reímos, reímos muchísimo.
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Entiendo que haya quien piense que esto es un «gran sacrificio» pero para mí es una auténtica suerte.
Gracias a abuelaboom, abueloboom y tataboom no irá a la guardería hasta septiembre y entonces, cuando tenga que dejarla, al menos me quedarán las tardes para disfrutarlas con ella.
Aunque esté cansada, aunque me duela todo, aunque se me olviden las cosas, aunque tenga la nevera casi vacía, aunque haya que poner la lavadora, recoger el lavavajillas y recoger mil juguetes yo no lo cambio por NADA. Nadie dijo que fuera fácil, no? 😉
Y vosotr@s? Tenéis reducción de jornada? Qué os parece la ley?