Aún me acuerdo de cómo decidí que quería ser mamá y nítida en mi cabeza está la imagen del precioso positivo en el test, es una décima de segundo en la que de repente sabes que algo acaba de cambiar dentro de ti. Una vida que está creciendo en tu interior y tú casi sin darte cuenta, bueno, en mi caso, me dí cuenta pronto porque mis síntomas eran telita marinera, todo cambia como por arte de magia.

Y, desde ese momento sabes que ya nada será igual, suena a tópico pero es real. Tu tripita empieza a crecer, empiezas a informarte sobre lo que vendrá, las ecografías y demás pruebas se suceden, tienes que arreglar el que será su cuarto, pensar en nombres y bueno, los meses van pasando, a veces más rápido, otras más despacio, con dudas, preguntas y formándote ideas en la cabeza de cómo será todo cuando el bebé llegue, pero cuando llega el gran momento y te conviertes en madre… nada es igual a como imaginabas, todo es… muy difícil de explicar.

Aunque cuando estamos embarazadas parece que el momento nunca va a llegar, llegar, llega y luego todo empieza a ir a la velocidad de la luz. felicidad

Durante estos 12 primeros meses, dentro de nada 13, no me he separado de la peque ni una noche, la he cogido siempre que he querido sin importarme nada, sigo con la LM porque nos hace felices y porque nos da la gana, y no me he perdido ni un sólo momento de sus progresos, sus dientes, su gateo, sus primeros pasos, y para mí, ver todo esto ha sido como un milagro. Me siento afortunada del tiempo que paso con ella y de lo que he cambiado como persona, «¡con lo que yo he sido!», pienso algunas veces. Es verdad que duermo menos, pongo más lavadoras, la casa no está siempre perfecta y en la nevera hay cosas que ya no pueden faltar, pero no son esos los cambios que he sentido. Cuando nació la peque no me di cuenta, de hecho, cuesta asimilar que no somos dos, al menos yo la tenía y no terminaba de creérmelo, pero pasado el tiempo puedo decir que soy otra.

Cuando miro o hablo de mi hija me transformo, soy felicidad en estado puro, se me llena la boca de alegría, pasión y devoción.

familiaboom

No puedo ocultar que estoy orgullosa de ser madre y también muy feliz de ver en el padre que se ha convertido papáboom, porque él también es culpable de mi cambio y de que muera de amor por mi familia.

La peque aún es pequeña para sacarme de quicio, y por suerte no nos ha dado problemas con la comida y el sueño, así que puedo hablar de todo esto en color rosa, ya veremos el próximo año…

Y vosotr@s? Os sentís diferentes después de ser padres/madres?