Debido al evento sobre el sueño infantil he retomado los mails en los que hablaba sobre la evolución del sueño de Daniela (I) y hoy os contaré cómo fue cambiando en los siguientes meses.

Al cumplir los 4 meses recuerdo que tuvo una semana muy mala, de repente se despertaba varias veces por la noche y estaba muy inquieta. Justo llegó el fin de semana y nos fuimos al #pueblitobueno y Daniela durmió en la cuna que teníamos allí para ella, por supuesto, heredada 😉 ya que en Villaboom seguía durmiendo en la minicuna y como por arte de magia la peque durmió toda la noche despertándose tan sólo una vez para mamar. Cuando el domingo por la tarde volvimos a casa pensamos que quizás la minicuna se le hubiese quedado pequeña y la peque necesitase más espacio, pero como nos dió pereza mover la cuna a la habitación, la dejamos directamente en su cuarto, se nos hacía raro, pero sino iba bien al día siguiente la movíamos y listo. Pero la peque fue feliz en su cuna y sólo se despertó una vez o ni se despertó, ya no me acuerdo bien..

Durante el quinto y el sexto mes fue todo más o menos igual, se despertaba una vez para mamar o ninguna. Yo la escuchaba, me levantaba, la cogía, me la llevaba a mi cama, le daba el pecho y llegado este momento podían pasar dos cosas: que las dos nos durmiésemos o que yo me quedara boba mirándola y cuando terminaba la devolvía a su cuna, pero esto también dependía de la pereza que me diese salir de la cama, la mayoría de los días nos quedábamos juntitas en la cama 😉

Al final del sexto mes empezó con los dientes y aunque sí que se despertaba alguna vez más de lo habitual, no fue nada desesperante, chupete, agua y vuelta a dormir, yo no me desvelaba y así llegó el fin de mi baja de maternidad y mi vuelta al trabajo

Desde que nació la rutina ha sido siempre la misma, baño (sobre las 19:30-20:00), pecho y a dormir. Durante estos seis primeros meses la peque solía dormirse en el pecho y de ahí a la cuna, el día que no se quedaba dormida al pecho la dormíamos en brazos, bien Papáboom o bien yo, en brazos, cantándole o incluso de pie meciéndola, cansado, pero nada que nos sacase de quicio, la niña se dormía y misión cumplida. Me han preguntado si le dábamos masajes relajantes y aunque lo hemos hecho varias veces no ha sido para favorecer el sueño, ha sido algo que hacíamos por las tardes cuando estábamos tranquilitas en casa.

A pesar de que algunos días yo me liaba en la cocina o con la casa y no dormía mucho, la verdad es que el ritmo era llevadero y nos parecía que las cosas estaban saliendo bastante bien, estábamos satisfechos y más tarde nos dimos cuenta que tener que dormirla en brazos fue un placer que duró poco…

¿Cómo evolucionó el sueño de vuestros peques?