Me habían dicho que la mastitis duele pero ahora sé que no es lo mismo contarlo que vivirlo. Pensaba que lo habitual era sufrirla al principio de la lactancia pero… error! Con Daniela no tuve ninguna, ni durante los primeros 6 meses de lactancia exclusiva ni después y con el peque he padecido la primera (y espero que última) a los 6 meses de lactancia.

Cada día al llegar al trabajo escribo o llamo a mi madre para decirle si el peque ha mamado por la noche y más o menos cuanto. En base a eso ella empieza más pronto o más tarde a darle de mi leche. El caso es que ese día noté el pecho muy cargado y le dije que debía ser que no había comido mucho aunque yo pensaba que sí porque se había despertado pero como suelo estar tan dormida no estaba segura.

En vez de esperar a las 12:30 hora en la que hago siempre una extracción eran las 10 y ya me preparé, pero había una parte del pecho que no se vaciaba y tampoco conseguí a mi hora habitual bajar la presión. El pecho empezaba a dolerme pero pensé para mí: «en cuanto le dé al peque él me la vacía y como nueva otra vez.» ¡¡¡¡Error!!!! Martín no consiguió vaciarla y yo tenía que ir a recoger a la peque a la guarde, darle de merendar, recoger la casa, bañarles, preparar y darles la cena…total, que intenté entre todas estas tareas darle el pecho y no hubo forma, o tomaba del otro o aunque mamase del que me dolía aquello no se desatascaba. Hasta que no llegó Papáboom y acostó a Daniela no pude parar ni un minuto para poder pensar. Estaba tan acelerada que me bajé a Pilates para descansar un poco la mente y estirarme un poco, a los 5 minutos estaba en casa, según me tumbé en el suelo no pude soportar el dolor.

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Fotos de Eva Laura Gascón

Llegué a casa y volví a intentar darle el pecho al peque, que a veces ya se me enfadaba y cuando ya estaba llorando y sin saber qué hacer se me iluminó la bombilla y llamé por teléfono a mi salvadora, una conocida de las redes pero a quien nunca había visto en persona, total, que sin pensar en nada más, ni vergüenza ni rollos, la llamé por messenger porque no tenía su móvil.

Necesitaba tranquilizarme y fue hablarme y bajar las revoluciones, tras escucharme: le conté todo lo anterior, que no tenía el pecho enrojecido, creo que me preguntó cosas y ni siquiera las recuerdo! Me aconsejó una ducha de agua caliente, masajes, poner al peque, relajarme… el caso es que yo estaba un poco en bucle, no entendía porqué me pasaba si ya llevaba 6 meses lactando pero esta persona me comentó que a veces al empezar la dentición los peques cambian su forma de succionar y puede ocurrir. Al rato volví a llamarla porque no había conseguido que saliese leche, yo seguía nerviosa y además me caía de sueño porque el dolor me tenía agotada, llevaba todo el día molesta, aún así me pidió que volviese a intentarlo. Cuando volví a llamarla me dijo que si estaba tan cansada quizás lo mejor fuese tomarme un ibuprofeno y antibiótico y descansar, menos mal que le hice caso! Yo ya pensaba que no iba a poder dormir con tanto dolor y fue tomarlo, acostarme y levantarme mejor, a pesar de seguir atascada.

Al día siguiente mi médico me felicitó por lo que había hecho, me subió la dosis de antibiótico y me dijo que lo tomara durante una semana. Pasé el día cansadísima pero por la tarde conseguí que el niño me empezase a vaciar el pecho.

A pesar del dolor en ningún momento me planteé dejar la lactancia, también espero que esto no sea recurrente, aunque sabré cómo actuar.

A los tres-cuatro días dejé de sentir dolor porque hasta entonces me dolía cualquier roce, el bolso, el cinturón del coche, los abrazos, todo!

Desde aquí quiero darle las gracias a esta persona que de forma completamente desinteresada me escuchó, me ayudó y pasó días preguntándome si ya estaba mejor.

Por cosas como esta reflexionaba el otro día y por cosas así te das cuenta de que no todo es como conté aquí.

¡¡¡¡Muchas gracias!!!!!