El tiempo vuela

Casi sin darme cuenta llegó el final del verano y con él, el principio del cole y los planes para las tardes de lluvia. Hace nada estábamos en pleno verano, haciendo barbacoas, buscando cosas chulas en las rebajas, estrenando sandalias, bajando cada día a la piscina, batiendo récords en noches calurosas… Y ahora me encuentro contando los días que quedan para las vacaciones y por supuesto, haciendo el temido y tedioso cambio de armario.

Se acabaron las picaduras de insectos, los helados a pares, el aftersun, los fuegos artificiales y las terrazas hasta las mil. El pelo empieza a caerse, los días se acortan, las rutinas cambian y yo busco puentes en el calendario para escapar en familia antes de la Navidad.

Adiós tirantes y sandalias, bienvenidos abrigos y botas. No hay marcha atrás. Adiós colcha, bienvenido nórdico.

Hace casi un año le dábamos un hermanito a Daniela, aumentábamos la FamiliaBoom y multiplicábamos nuestra felicidad. El tiempo vuela y no sólo las estaciones. 

Todo llega a su fin y con nuevos propósitos empezamos esta temporada relajados, teniendo en cuenta que el trabgajo y dos niños no me dejan mucho margen para el relax, pero sí con las pilas cargadas y preparada para afrontar el «winter is comming”.

Que la sonrisa no se nos borre nunca, eso antetodo!!