La semana pasada os contaba nuestras vacaciones en Mojácar, pero me dejaba la única visita turística de la semana.

Al levantarnos vimos que estaba muy nublado, pregunté en recepción y me dijeron que no duraría todo el día así que pensamos que sería buena opción visitar Mojácar pueblo.

La única pega es que no fuimos los únicos en tener esa brillante idea 😉 Así que aunque llegamos en un suspiro tardamos un montón en aparcar.

El pueblo tiene un ascensor, ya que está situado en la cima de una montaña, para llegar arriba y empezar la visita, la verdad es que no esperamos nada de cola, fue muy rápido.

Mojácar está lleno de estrechas calles y preciosas fachadas blancas.

Desde lo alto de Mojácar podemos disfrutar de unas impresionantes vistas, tanto a la sierra como al mar ya que tiene varios miradores.

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Paseamos, paramos a tomar algo cuando empezó a chispear, visitamos la plaza del ayuntamiento con su árbol centenario, la Iglesia Parroquial de Santa María del siglo XVI y la estatua de la Mojaquera que ha sido declarada de interés cultural.

También compramos un par de indalos para los abuelos, os cuento: el indalo es el símbolo de Mojácar y ha ido extendiéndose como símbolo de todo Almería. El indalo es una pintura que se pintaba en las casas de Mojácar para protegerse del mal de ojo.

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Este cartelito nos hizo mucha gracia 😉

Comimos en un restaurante italiano una pizza artesana increíble y muy bien de precio, con trona para niños y el camarero que nos tocó muy majo, que estas cosas siempre ayudan.

Los geranios y flores que decoran los balcones y fachadas hacen contraste con el blanco y queda precioso.

Os animo a que lo visitéis si estáis cerca y también a que leáis el post sobre nuestras vacaciones allí.

Os ha gustado? Lo conocéis? Os gusta hacer turismo con los peques?